Música mas que 6 letras…
Detenerse a escribir sobre la música es uno de los eventos más complejos de la vida, la música compenetra nuestras vidas como el agua a la vida acuática. Seamos devotos de ella o no, nuestras vidas están marcadas por las diversas tonadas que escuchamos voluntaria o involuntariamente.
Sus efectos son múltiples, en los amantes de la música, más allá del género, ella va moldeando y a la vez sirviendo de almacén de cada una de las experiencias que vivimos. Nos moldea en la medida que deseamos subconscientemente ser como la música que escuchamos, lo deseamos al sentir que es para nosotros, al identificarnos con sus letras, al vibrar naturalmente con su armonía y al soñar con su melodía. Luego, nos sorprende descubrir el parecido de nuestra experiencia con lo escuchado.
La música como almacén es aquella que nos ha rodeado en nuestra vida, cada pieza musical que hemos escuchado en un periodo u otro nos evocan ese periodo en el cual esa interpretación nos rodeaba. Cuantos bellos recuerdos nos evocan las interpretaciones antiguas que solían ser nuestras favoritas en otras etapas de la vida, ellas resucitan alegrías, tristezas, amores, triunfos, fracasos con la misma intensidad que alguna vez se sintieron.
Nos puede producir felicidad y a la vez tristeza, nos puede llenar escucharla pero en su estado actual nos puede atar a la desdicha o a la esclavitud de buscar en el mundo externo una realidad que solo existe en nuestros mayores anhelos y aspiraciones inconfesables que solo una pieza musical es capaz de evocar en nosotros, ya sea para avivar experiencias, invitarnos a experimentar nuevas o para mostrarnos aquellas cosas de las que adolecemos.